La puñalada al rancio modo
Lo que nos ha pasado con el blog me recuerda una de las características fundamentales de ciertos rancios: el gusto por el abrazo con puñalada -vulgo puñalá trapera- incluida.
¿Cómo es una puñalá al rancio modo? ¿Con abrazo o sin abrazo? ¿De cerca o de lejos? ¿De frente o siempre por la espalda? ¿En qué ámbito de la rancidez hispalense se dan más puñalás?
Espero que los comentarios estén bien afilados...
posted by Canal Rancio Blog's @ 3:15 p. m.
20 Comments:
Siempre aprecié como tales los abrazos citando de lejos "al Guardiola modo", con grandes voces, aspavientos y las manos con aires de saeta para que el personal vuelva la cabeza. Eso si por los adentros pensando "ven aquí hioputa".
Muy señalados los posteriores a una fraternal contienda electoral capillita
¿qué me dicen de ese abrazo con aire semidistinguido, frío y distante, que se dan el alcalde/esa saliente (que no salido) con el alcalde/esa entrante en el salón Colón? La sonrisa que traslucen y de la que es testigo el bastón de mando de la ciudad tiene un pensamiento interior ( el saliente piensa: "hijoputa", so malo, a ver si te metes por el culo este palo...). El entrante, sabiendo lo que piensa el saliente, piensa algo así como " pues a ver si te metes tú una caña, que además araña...". En fin...
http://elalmanaquedesevilla.blogspot.com
Me parece que el rancio da las puñaladas como buenos capotazos, pero eso sí, con cortesía y elegancia y cuando a rajao, se jacta de ello y se rememora de su venganza. Hay que ser hombre no solo en la cama, también en la réplica...y donde más puñalás-traperas se dan es en el abrazo post-pregón, salida del Maestranza, con la sonrisa a medias.
La edad todo lo cura, querido "maese rancio", y hasta el Made in Japan de Deep Purple, va cogiendo con el tiempo esos tintes de ranciedumbre auténtica.
Y para puñaladas traperas, las que se dan en las felicitaciones de unas elecciones a hermano mayor en las que haya habido más de un candidatura. Tanto por el perdedor cuando en el abrazo entre ambos dice: a tu disposición para lo que quieras. Cómo por el ganador cuando le contesta: la hermandad es de todos, hermano, y aquí venimos a serviros.
Por ciero, ¿por qué se les dicen traperas a éste tipo de "puñaladas"?.
Las puñaladas "traperas" suelen ser muy habituales en las cofradías.
Y que lo digas... Es bastante clásico observar a ciertos cofrades comentar:
Mira, ahi viene el hp ese...
Y una vez frente a él:
Hombre fulano mi arma!! (abrazo efusivo).
Es algo rancio pero también falsete.
Falserío... falserío... farisaicos modos... una puñalada trapera es más trapera si cabe cuando el trapito es de "Los caminos de Peyré"... (hay que ver todo lo que se aprende en este blog).
Yo creo que es trapera porque se esconde tras un trapito (no necesariamente de Los Caminos) y una afable sonrisa...
A la manera de Bruto dándole la puntilla a Julito... tu, quoque, fili mi?... supongo que es por eso.
El otro día me crucé con un lobo estepario y me endosó otra cajita de cinco kilos de mantecaos de canela con papelito transparente...
Hummmm!!!
rancio anárquico...
eso es muy bueno...
Una cosa es el abrazo "ostentóreo" falso como un duro de cartón, pero inane al fin y al cabo, y otra es el que lleva la media verónica del viaje dorsal con acero de Albacete. Distingamos.
El mejor es el que se pega al violín, a la manera de El Pana y con la fuerza de El Fandi... eso está muy feo... ya, pa eso, se escupe en un ojo o se muerde un cuerno. Dónde vamos a parar.
Hernan Ruiz, a más de un bar cofrade de los más conocidos no dudes que le pegaría...
Anda que no hay que tener cuidaíto con las vueltas en estos sitios.
me parece que aquí estamos confundidos.
Mo sé si lo tendreis claro, pero después de debatir en éste foro de lo que es un rancio, lo que si os digo es que un rancio no tiene porque dar puñalás traperas.
Espero no coincidir mucho con ustedes...
yo me considero mas rancio que el alicatao de los estepeños,pero por ello no me veo incluido en ésta guía de la hipocresía clásica sevillana.
Eh, eh. Un poquito de respeto, una cosa es la descripción del caso y otra que nos sintamos participes. Coincido con vuecencia Serrín, el rancio respeta, con más o menos veracidad pero respeta y raramente navajea.
Genial lo del alicatao de Los Estepeños. Genial. Es único después de que se perdiera el de Ochoa de Sierpes.
El rancio es un samurai... ¿?
La buena mojá, la definitiva, se la pega a sí mismo, con un cuchillo jamonero sin afilar que se compró cuando le regalaron su primer y último bicho con pezuña... sic transit gloria mundi...
"sic transit gloria mundi".aunque no lo parezca ,es además de un latinismo, el titulo de una sevillana del grupo nomadejado !!vaya tela!!!!eso es ser rancio!!
P.D.:me fiajo lo rancio que resulta ver a dos parejas maduritas, que cuando quean para er paseito,se posicionan sin diputao ni ná, de dos en dos, los hombres delante con mano en la perniquera, y las mujeres a 10 metros andando costero a costero con er bolso agarrao con una mano que la otra sirve pa menearla al hablar.
ains....es que soy un rancio, me cabe tela.
Pues ese padre que va andando con el hijo, mayor de edad, cayendo chuzos de punta... resguardao con paraguas de Ibáñez...
y el hijo andando a metro y medio, gorra de Maquedano, con las manos en los bolsillos, pingueando, calaito hasta el sacro o güeso cuqui...
Y es que dos hombres nunca caminan bajo un mismo paraguas... eso compañero... es ser tela de rancio.
¡Los paraguas son de Casa Rubio!, hombre. Ibañez alquila chaqueses pa las bodas, pero los paraguas los vendía Rubio y los fabricaba en Nervión en la calle Divino Redentor. ¡A ver sin nos orientamos! Si te escucha Ángel Pérez Guerra (exegeta del comercio tradicional, gran periodista e Carretero de Varflora) se cae de la butaca (por cierto, que palabra más rancia "butaca")
Le recomiendo que eche un vistazo a la nueva colección de paraguas de Ibáñez en c/Asunción... exquisitos... sólo les falta la capsulita de cianuro en la punta...
Qué le va a contar usted a un servidor, que para casarse se disfrazó de pingüino en Ibáñez y devolvió hasta los zapatos y los tirantes... que eran míos.
Lo rancio es un butacón orejero.
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