El desfile
Sevilla tuvo que ser el marco incomparable para el desfile del Día de las Fuerzas Armadas. Un rancio no debe perderse semejante acto por nada del mundo, aunque lo vea a través de la pequeña pantalla con los comentarios de Manuel Lombao, corresponsal de Canal Rancio en TVE.Del desfile me quedo con:
-La marcialidad de los legionarios con su peculiar trote.
-La barba tipo Garmendia del oficial que manda la caballería de la Guardia Civil.
-Y sobre todo con la elegancia de los Regulares, que desfilan como si fueran una agrupata con todos sus avíos.
Echo de menos las capas que salen en el Santo Entierro y una representación de la Sevilla capillita.
Y ahora, ¡rompan filas! A coment...ar!!!
4 Comments:
Por supuesto hoy ha sido el dia del rancio, despues del desayuno de cafe con churros dominguero, y de escuchar misa, se ha ido a ver los prolegomenos del desfile, recordando sus años de servicio militar, y como no, machacando al del al lado con sus batallitas en la mili, que si eso lo hacia yo..., que me toco guardia y..., que una vez de maniobra hice..., que me toco los meses haciendo aquello..., en fin el quijote en versos que es lo que se le puede ir de esa boquita de piñón.
Y no menos es el momento cuando escucha el himno de España. El rancio se le pone lo bellos de punta, asoma la cabeza para ver como se pone el Rey para cojer la misma postura, pero en el fondo de su pensamiento se le viene los recuerdos del domingo de Ramos cuando escuchó esos mismo sones unas cuantas manzanas al lado, allá por el porvenir.
Cuando llega a su casa, claro está que pone la gravacion del desfile estando atento al público para verse y señalarse, y en ese momento que él mismo se da cuenta de que está ahí, y le dice a los suyos: "lo vé, ese soy yo". El tiene ese don de verse entre las gentes, y ahí estaba él, guardando la compostura mientras ver los regulares como pasan, que parecen que estan viendo las horas que marca su reloj.
Lo que es rancio de verdad es ver a ese tío con el niño a hombros viendo tanques y soldados desfilando, y la parienta con el abanico al lado aguantando “la caló” y las pamplinas del nota contando batallitas.
Y lo menos rancio, por no decir malo, ha sido el tío del cornetín ... vaya cosa mala, Dios mío de mi “arma”, y digo “arma” porque como estamos hablando del ejercito ...
A ese gachó del cornetín, lo coge cualquier chavalito de una banda infantil, y le pega un repaso que lo vuelve loco ... ¿el del cornetín también es “pofesional”? ... “po” una diana de ese tiene que ser “pa” levantarse del tirón, pero del susto. Porque yo no sé si sabrá hacerlas floreadas, pero guarreadas, seguro.
Y por último, lo que yo creo que más le gusta a un rancio el día del desfile, es cuando un soldado se desmaya, eso es que lo pone, es como un bautizo de sangre: ¡Ya estás hecho un hombre, chaval!.
La verdad es que ha sido una jornada de emociones, yo para celebrarlo me he puesto de cervecitas y caracoles hasta el mismo ... bueno en realidad: igual que ayer.
Efectivamente señores:
Si nuestro Ejercito funcionara como tenía que funcionar, el corneta de ayer ya estaría fusilado convenientemente. Que verguenza. Ya podía haberse desmayado también.
Para Olavide:
El Desfile de la Victoria se pronunciaba de la "Vitoria" aunque no tuviera nada que ver con la capital de Álava.
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