El dulce más rancio
Olavide el auténtico nos propone un tema apasionante. ¿Cuál es el dulce, que no pastel, más rancio? ¿La cuña o el cornete de crema? Se podría añadir la sultana de coco, dulce de nombre con reminiscencias escatológicas: sultana es sinónio de catalina, o de majá, vocablo de resonancia moruna que rescató obispo de scalas y arcediano de niebla el día del caga.net. En estos días de camilla -lugar natural para la hibernación del rancio- saquemos la caja de dulces y pongámosla sobre la mesa. Es evidente que el único bollycao que se permite el rancio no tiene nada que ver con la piltrafa de factura industrial sino con el guayabo juvenil que enseña, por el banco de pista del pantalón bajo, la primera fila de butacas del pelucón, vulgo caravana de hormigas.Inciso rijoso: todo rancio lleva dentro un viejo verde, ¿o no?
4 Comments:
Se le debería dar un premio de sevillanía, a áquel señor que fuese sorprendido en un bar, migando una torta de Inés Rosales, o de Gaviño, (tan de moda ahora), en el café con leche.
De todas formas para rancio, el cortadillo de cidra, Pacoroble....
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Las Biscotelas
Nadie se ha acordado de las cuñas, que era mi desayuno de los años colegiales, cuando no existían esas mariconadas modernas de los "jardines de infancia" o "guarderías", sino que los niños íbamos a los parvulitos. Yo comía cuñas, recubiertas de chocolate que me encargaba en separar con dientes y lengua (sin otras connotaciones, que yo era muy chico -de edad-) del resto.
Mi voto va por la cuña de mi infancia, cuña que no he vuelto a degustar, ¿ha desaparecido la cuña?
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